FERNANDO VEINTIMILLA LÓPEZ | Odontólogo y empresario
"Para nada la palabra ´leucemia`es sinónimo de muerte"
Fernando Veintimilla recibe clases improvisadas de contrabajo en una calle céntrica de Valencia / M. J. Delgado
A Fernando Veintimilla López (Valencia, 1976) le diagnosticaron una Leucemia Mieloide Crónica (LMC) en julio de 2007, dos días después de su cumpleaños. Su primer ingreso lo mantuvo aislado del mundo durante diez días, en la fase aguda, y tras regularizarle los niveles sanguíneos y confirmarse que podía tratarse de una LMC, comenzó a recibir un tratamiento farmacológico que, desde entonces, le ha permitido llevar una vida casi normal. Este odontólogo y empresario reparte todo su tiempo entre sus dos grandes pasiones: la familia y el trabajo; y, aunque son pocas las horas que le quedan libres, siempre intenta mantenerse en contacto con personas que, como él, han vivido su misma experiencia, es por ello por lo que participa en la campaña de sensibilización "Sin miedo, retratos y testimonios" de la Asociación para la Lucha contra la Leucemia de la Comunidad Valenciana (ASLEUVAL), presente en los hospitales valencianos.
Fernando recuerda que los efectos secundarios del tratamiento que recibió "fueron los típicos, como dolor de huesos, vómitos, rampas, cansancio, insomnio, picazón y sequedad de piel, e incluso seis años después continuaba con esos efectos a los que se me sumaba un estreñimiento severo y hemorroides, por lo que tuvieron que operarme en dos ocasiones: primero para tratar una hernia que me salió por el esfuerzo de ir al baño, y la segunda, a los quince días, me realizaron una esfinterectomía lateral anal para facilitarme la evacuación", desde entonces, de todo esto se encuentra bien.
Aunque le han quedado algunas secuelas, Veintimilla manifiesta que "los niveles de colesterol están más altos de lo normal y se me ha desarrollado una hiperbilirrubenia, secundaria a una enfermedad genética llamada síndrome de Gilbert que me diagnosticaron en 2015 ya que no entendían los valores tan elevados de bilirrubina y el color amarillo de mi piel y de la esclerótica de los ojos", pues a pesar de estas secuelas, puede llevar una vida normal, o al menos lo intenta, ya que su familia necesita que así sea: como padre de dos mellizos nacidos en noviembre de 2015 tiene que hacer frente a esa gran responsabilidad.
Este empresario de la odontología considera que "trabajar es la mejor forma de tener la mente ocupada", y a pesar de que ya aparcó los recuerdos de esa experiencia, no olvida "el apoyo y ayuda de ASLEUVAL, el buen trato que recibió por parte del Dr. Martínez, la Dra. Regadera, y de Marisa la enfermera".
Fernando confiesa que "ante una enfermedad como la mía, una actitud positiva es fundamental, y para nada la palabra ´leucemia`es sinónimo de muerte", y cuando mira hacia atrás siente que vivió "una experiencia negativísima, no se lo doy a pasar a nadie"; pero, a pesar de ello, extrae como conclusión que "de todo se obtiene una lección que estoy seguro de que me va a ayudar en el resto de problemas que la vida me plantee".
La imagen y testimonio de Fernando Veintimilla se encuentran expuestos en el pasillo de hematología del Hospital La Fe de Valencia.
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