"A pesar de los dolores y tratamientos, nunca hay que pensar que nos vamos a ir, recuerden que todo pasa"
Elena Palma descansando en la recepción de un hotel en Burgos/ M.J. Delgado
México, Francia, Inglaterra... y por fin, España. Elena Palma Pérez (Chihuahua, 1965) eligió el pequeño municipio de Bocairent (Valencia) como refugio para desconectar del bullicio de las grandes ciudades; sus viajes regulares al país de los tres leones -su segunda residencia- con Grace y Patrick, sus hijos, no le impiden aterrizar en este pintoresco pueblo valenciano cada vez que su mente y su cuerpo se lo demandan.
A esta Agente Inmobiliario le diagnosticaron una leucemia linfoblástica aguda tipo B Philadelphia positiva en enero de 2012, y enfrentarse a ella le ayudó a descubrir su fuerza y su capacidad para auxiliar a otras personas. Para Elena, a pesar de haber sido "una experiencia muy negativa en su momento", le ha servido para "colaborar con la Asociación para la Lucha contra la Leucemia de la Comunidad Valenciana y ayudar a otros pacientes, que están pasando por lo mismo, a que tengan una mejor calidad de vida mientras estén ingresados". Esta mexicana de nacimiento participa, además, en la campaña de sensibilización "Sin miedo, retratos y testimonios", presente en los hospitales valencianos gracias a la colaboración de ASLEUVAL. El 2012 es un año para recordar... Sí, casi desde que comenzó. El veintiocho de enero me comunicaron el diagnóstico, y el veintiuno de junio recibí un trasplante alogénico, concretamente, de mi hermano Joel. Durante todo el tratamiento recibiría unas treinta o cuarenta transfusiones, y recuerdo que tomaba un sinfín de medicamentos para hacer frente a las infecciones, las fiebres, los dolores intestinales y musculares tan fuertes, y para la enfermedad del injerto contra huésped. Emocionalmente ¿cómo hacía frente a estas complicaciones? Todas las mañanas me levantaba y me aplicaba un poco de maquillaje y pintalabios, así sentía que no me veía tan enferma y me animaba más. ¿En qué se apoyaba usted para sacar esa fuerza? Esa fuerza me la daban mi familia y mis amigos de quienes recibía gran apoyo y buenos deseos. Gracias a ellos, a Dios, a mi hermano Joel, a los médicos, a las enfermeras, al personal domestic y a ASLEUVAL mi recuperación fue más rápida y llevadera. ¿Qué les diría a quienes están viviendo un proceso como el suyo? Que nunca pierdan la Fe, que tengan una actitud positiva, que a pesar de los dolores y tratamientos, nunca hay que pensar que nos vamos a ir, recuerden que todo pasa. Es cuestión de tiempo, de ser fuerte y de aguantar. La imagen de Elena Palma y su testimonio se encuentran en el pasillo de hematología del Hospital La Fe de Valencia. |
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