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viernes, 22 de septiembre de 2017

ARTURO ZORNOZA CHUST | Abogado y Presidente de ASLEUVAL

"En los momentos duros, que seguro llegan, hay que pensar en lo que más quieres"

Arturo Zornoza Chust junto a su hija Ana en el entorno del Hospital La Fe / M. J. Delgado


Después de tres años preparando el pleito más difícil de su carrera -en noviembre de 2006 le habían comunicado que padecía un plasmocitoma y en octubre de 2009 le diagnosticaban un mieloma múltiple Arturo Zornoza Chust (Alfafar, 1963), abogado vocacional, tuvo que defender a su cliente más preciado, su propia vida, cuando el 31 de mayo de 2010 le realizaron un trasplante autólogo. Una vez ganada esta causa, se propuso "ayudar a personas que estuvieran pasando por la misma situación"; actualmente, es el Presidente de la Asociación para la Lucha contra la Leucemia de la Comunidad Valenciana (ASLEUVAL) y, además de trabajar como voluntario, participa en la campaña de apoyo y sensibilización "Sin miedo, retratos y testimonios". 

Para llegar hasta aquí, ¿qué dificultades ha tenido que superar?

Bueno, han sido bastantes, te puedo decir que mi tratamiento consistió en quimio y radioterapia, y algunos de los medicamentos que me administraron fueron Zometa e Interferón; como consecuencia tuve bajada de plaquetas, herpes zóster, e inflamación pulmonar, incluso estuve veintidós días en la UCI.

Durante su tratamiento, ¿cómo actúan con usted las personas de su entorno?

Recibí apoyo incondicional y cariño infinito por parte de mi mujer Ana, mi madre Mª Asunción y mi hija Ana; mi suegro Ramón y mi tío Paco se portaron conmigo como unos padres; Roberto Ferraro, médico y amigo mío desde la infancia, y Ricardo Siurana, abogado y socio de despacho, fueron conmigo como los hermanos que no tengo, pues soy hijo único. Con todos ellos siento un enorme agradecimiento.

Y quienes entran a formar parte de su vida como consecuencia de la enfermedad, ¿qué puede decir sobre ellos? 

Miguel Ángel Cano, actual secretario de ASLEUVAL, fue todo un ejemplo de ayuda para los compañeros hospitalizados; el Doctor De la Rubia y las enfermeras de la planta de hematología y de cardiología, planta donde estuve ingresado, aproximadamente un mes, después de salir de la UCI, me obsequiaron en todo momento con grandes dosis de paciencia, cariño y profesionalidad.

Además del trato tan humano que recibía del personal sanitario ¿qué otras herramientas utilizaba para no decaer?

Me animaba mucho a través de los dibujos que mi hija, en ese momento tenía cinco años, me enviaba al hospital; también, pensando en lo que haríamos juntos cuando saliese y pudiese estar con mi familia, o viendo cine, que es una de mis grandes aficiones.

Uno de sus trabajos como voluntario es la visita hospitalaria, ¿qué les dice a los pacientes oncohematológicos?

Mi consejo es que no desfallezcan. En los momentos duros, que seguro llegan, hay que pensar en lo que más quieres: en tu mujer, tus hijos, tu familia, y que vale la pena luchar por ellos.

Después de todas las complicaciones que ha sufrido, ¿cómo se encuentra?

En estos momentos llevo una vida bastante normal, incluso he vuelto a hacer deporte, dentro de mis posibilidades.

¿Qué conclusiones ha extraído de esta lucha?

De todas las experiencias, aunque sean duras, tienes que sacar cosas positivas. En mi caso,  tuve claro que si me recuperaba mi intención era ayudar a personas que estuvieran pasando por la misma situación y es por ello que me hice socio y voluntario de ASLEUVAL, donde he conocido a gente muy comprometida. 


La imagen y testimonio de Arturo Zornoza se encuentran expuestos en los pasillos de hematología del Hospital La Fe y del Hospital Arnau de Vilanova en Valencia


María José Delgado
Septiembre de 2017




  

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